El libro como soporte
Lo primero que nos llama la atención al sostener en las manos esta obra es su tamaño (20,8 x 27 centímetros) y su peso. Este primer contacto físico ya nos habla a las claras del reto editorial que ha supuesto su publicación (se trata de la primera traducción al idioma castellano) y, al mismo tiempo, justifica su nada desdeñable precio (55 € en España). La editorial Atalanta nos regala un magnífico volumen en cartoné de 624 páginas, con un papel de gran calidad que sirve de inmejorable soporte a las 423 ilustraciones que se constituyen en el verdadero leitmotiv de la obra como veremos a continuación.
El autor
Joseph Campbell nació en Nueva York en 1904 y falleció en Honolulú a la edad de 83 años. Comenzó sus investigaciones en la Universidad de Columbia, fue profesor de literatura y más tarde catedrático de mitología comparada en el Sarah Lawrence College de Nueva York.
Con veinte años, Campbell viajó a Europa con su familia y se produjo un encuentro que cambiaría su visión del mundo. Durante el viaje de regreso en barco, trabó amistad con Jiddu Krishnamurti, conocido escritor y orador indio en materia filosófica y espiritual. A raíz de sus conversaciones surgió en nuestro autor un gran interés por la filosofía hindú y el pensamiento de la India. Tras este viaje, Campbell dejó de ser un católico practicante.
Tres años más tarde recibió una beca para estudiar en Europa francés antiguo, provenzal y sánscrito en las Universidades de París y de Múnich. A su regreso a la Universidad de Columbia, Campbell expresó su deseo de continuar el estudio del sánscrito y del arte moderno además de la literatura medieval. Como no obtuvo la aprobación por parte de la facultad, decidió abandonar los estudios de posgrado.
En 1956 se produce otro hito relevante en su biografía: sus viajes a la India y al Japón, donde dedicó seis meses a recorrer cada destino. Este año tuvo una profunda influencia en su pensamiento acerca de la religión y el mito de Asia, y también le convenció de la necesidad de enseñar mitología comparada a una audiencia más amplia, no académica. En 1972 Campbell se retiró del Sarah Lawrence College, después de haber enseñado allí durante 38 años.
Es imprescindible que mencionemos las influencias que modelaron su pensamiento, comenzando por las de orientalistas como Zimmer, Frazer (y su obra inmortal “La rama dorada”), Rank, Frobenius o Spengler. Del mismo modo, resultaron cruciales la lectura de los Upanishad (que pudo leer directamente sin necesidad de traducciones), su enorme interés en la historia y cultura de los nativos americanos, el budismo o la lectura del “Bardo Thodol”, el Libro tibetano de los Muertos.
Entre los numerosos libros que escribió merecen destacarse: El héroe de las mil caras: psicoanálisis del mito (1949; Fondo de Cultura Económica, 1959), Las máscaras de Dios (4 volúmenes, 1959-1969; Alianza, 1991), The inner reaches of outer space: metaphor as myth and as religion (1986), The mythic dimension: selected essays (1959-1987), The mythic image (1974), Transformations of myth through time (1990), A Joseph Campbell Companion: reflections on the art of living (1991), Mythic worlds, modern words: on the art of James Joyce (1993), Thou art That: transforming religious metaphor (2001) y Myths of light: eastern metaphors of the eternal (2003).
Imagen del mito
Como el propio autor refiere en el prefacio, su objetivo es hacernos comprender que los sueños son una puerta abierta a los mitos, pues éstos son de la misma naturaleza de aquéllos, y que los mitos surgen, como los sueños, y al igual que la vida, de un mundo interior desconocido para la conciencia despierta.
A través de sus páginas realizamos un recorrido por la mitología de las culturas de todo el mundo, contemplando al mismo tiempo y de forma inseparable, la representación gráfica del arte de Mesopotamia, Egipto, India, China, Europa, Oceanía o las culturas mesoamericanas. De esta forma, tomamos conciencia de la relación inseparable entre la mitología y su vehículo expresivo, el arte, que como parte de la cultura, evoluciona en el tiempo y el espacio aunque haya semejanzas que son objeto de un estudio detallado. Así, las ilustraciones, y no sólo las explicaciones escritas, son las que nos llevan a comprender ese afán de conocimiento absoluto de Campbell, de sincretismo, pues las obras de arte seleccionadas nos van conduciendo de la pintura a la escultura, de las religiones a las costumbres, de las primitivas civilizaciones al siglo XX, en un recorrido ameno y fácil de asimilar por cualquiera de nosotros (aunque he de reconocer que los detalles de la cultura hindú y la religión budista me han supuesto un reto importante al tener que desprenderme de mi mentalidad “occidentalizada”).
La obra se divide en seis partes o capítulos: el mundo como sueño, la noción de un orden cósmico, el loto y la rosa, transformaciones de la luz interior, el sacrificio y el despertar. El capítulo I nos hace descender a los sueños como puerta de entrada a la comprensión de los mitos. En el capítulo II Campbell expone las dos maneras de elaborar los mitos: la de las tradiciones populares de las culturas iletradas, relativamente simples y de transmisión oral; y en segundo término, la de las culturas más complejas que han desarrollado la escritura, y que desembocan en las tres grandes «religiones mundiales»: budismo, cristianismo e islam. En el capítulo III se ilustran y discuten algunas diferencias importantes entre sus interpretaciones y aplicaciones en Oriente y Occidente. El capítulo IV nos introduce en la lectura psicológica de la simbología del mito, a través del yoga, que se convierte en el punto culminante de la obra.
Los dos últimos capítulos se destinan al examen comparativo en la literatura y tradiciones populares de la figura ancestral del dios sacrificado (capítulo IV) y a una nueva consideración del mito como sueño y como vida, junto con el paradójico misterio del despertar (capítulo VI). De esta manera, el libro se cierra, fundiendo mito, sueño y realidad, con el estudio de un concepto clave: el de despertar.
Conclusión
Una obra de relevancia innegable que permite acercarnos a la comprensión del significado profundo que tienen los mitos del pasado, tan ajeno y desconocido para el hombre moderno, que no es capaz de detenerse siquiera a reflexionar pues, si cualquier mitología se muestra en su forma exterior y literal como una serie de cuentos o historias fabulosas, si logramos interiorizarlas y comprender su significado simbólico, se revela como una sucesión de realidades psicológicas llenas de sabiduría espiritual que nos serán útiles para hacer nuestra vida más feliz.
Concluyamos con la idea de Schopenhauer que cierra la obra:
Todo este universo de galaxias y la vía láctea con nosotros en su interior no es sino un vasto sueño, soñado por un solo ser solitario, de tal manera que todos los personajes de su sueño sueñan a su vez.
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Gracias por este comentario. Creo que la puerta que ofrece Campbell es la mejor para ingresar a la mitología. Y los motos no son sólo relatos sino imágenes: es lo que nos ofrece en este libraco. Así que voy a hacerme un muy buen regalo..
Completamente de acuerdo contigo… creo que la compra del libro no te defraudará ya que es una inmejorable visión de la mitología comparada que te hará querer saber más y más. Un saludo y gracias. Espero que nos sigamos leyendo por aquí.
Estupenda reseña. Prefiero la actitud de Campbell frente a las religiones que la de Dawkins. Hmmm… muchas ideas que se me ocurren
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