El ser humano es un animal territorial. En este sentido, su comportamiento es igual al de muchos animales dado que siente la necesidad de controlar un determinado espacio físico y defenderlo (llegando incluso al empleo de la fuerza) frente a las intrusiones no consentidas de otros. A lo largo de la historia, una de las principales causas de los conflictos bélicos ha tenido que ver con disputas fronterizas, y es fácil volver la mirada atrás desde la Prehistoria hasta la Edad Contemporánea para encontrar este sustrato común en muchas de las guerras que han tenido lugar.
Sin embargo, destaca por su novedad y su importancia una situación que no se ha puesto de manifiesto hasta hace relativamente poco tiempo: me refiero a los conflictos marítimos y las disputas por la fijación de las fronteras en el mar. Debemos tener presente que en la actualidad el 90% del comercio mundial se desarrolla a través de los mares y océanos, y que los 10 puertos más grandes del mundo por cantidad de mercancías transportadas (Singapur, Rotterdam, Shanghái, Hong Kong, Luisiana del Sur, Houston, Chiba, Nagoya, Cantón y Kwangyang) acogen más del 50% de este tráfico. Por lo tanto, salta a la vista la importancia de que ese movimiento sea lo más seguro y fiable posible. Continue reading