Otra revolución más en paleoantropología


Como ya hemos apuntado en más de una ocasión, la paleoantropología es una disciplina científica que se presta muy bien a anuncios impactantes y de gran trascendencia mediática. El principal motivo es que se trata de una ciencia que pretende averiguar nada más y nada menos cuál es nuestro origen (evolutivo), uno de los interrogantes que se ha planteado el ser humano desde que tiene capacidad de razonar.

Femur Sima Huesos Otra revolución más en paleoantropología

Imagen tomada de Meyer, M. et al. (2013)

Ayer asistimos a otro de esos momentos “históricos” al hacerse públicos los resultados de un estudio que ha logrado secuenciar el genoma mitocondrial casi completo de un hominino de la Sima de los Huesos, uno de los yacimientos del complejo de la Sierra de Atapuerca. El equipo, formado por investigadores españoles y del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, ha extraído y analizado ADN del resto fósil identificado como “Fémur XIII”, convirtiéndolo así en el ADN humano más antiguo conocido. La importancia de este hito no sólo radica en el avance tecnológico que ha permitido secuenciar un ADN tan antiguo, sino en el hecho de que los datos apuntan a que este hominino ―con una antigüedad aproximada de 400.000 años― está estrechamente relacionado con el linaje que llevó a los genomas mitocondriales de los homínidos de Denisova, un grupo hermano de los Neandertales de Eurasia oriental.

prueba texto Otra revolución más en paleoantropologíaEl hallazgo es realmente excepcional porque permite futuras investigaciones de genoma antiguo que, en realidad, se están realizando en estos mismos momentos (hasta ahora sólo se había podido analizar el ADN de restos de aproximadamente 100.000 años de antigüedad). Cierto es que, como sostiene José María Bermúdez de Castro, la paleogenética no es la panacea para resolver todos los enigmas de la evolución humana, pero se ha convertido en una fuente inestimable de conocimiento.

La Sima de los Huesos

Como informa la Fundación Atapuerca en su página web, este yacimiento pertenece al complejo kárstico de Cueva Mayor–Cueva del Silo. Para acceder a este yacimiento hay que recorrer durante 500 metros Cueva Mayor hasta llegar a un pozo de 13 metros de profundidad, al fondo del cual se encuentra la Sima propiamente dicha, uno de los más importantes depósitos fosilíferos del mundo. Su cronología es de unos 500.000 años y se trata de la mayor acumulación de fósiles humanos hallados hasta la fecha en todo el mundo.

Sierra de Atapuerca Otra revolución más en paleoantropología

Se han recuperado restos de al menos 28 individuos cuyos esqueletos están completos, aunque sus huesos se encuentran muy fragmentados, dispersos y mezclados, lo que dificulta su reconstrucción.

Cuando se extrajeron los primeros restos encontrados en el yacimiento de la sierra burgalesa (corría el año 1976), los primeros análisis de la morfología de los huesos ―sobre todo de la cara, la mandíbula y algunas piezas dentales― apuntaban a que existía una relación filogenética directa entre esos individuos y los Neandertales. Tanto es así que se planteó por el equipo de paleoantropólogos la hipótesis de que el origen de los Neandertales había que situarlo en la Península Ibérica, un planteamiento nada descabellado ya que la mayor parte de Europa estaba cubierta por aquellas fechas con un espeso manto de hielo, lo que dejaba habitable únicamente la zona mediterránea.

Ahora sin embargo, los nuevos resultados del ADN mitocondrial aislado en las muestras de la Sima de los Huesos apuntan a que están más relacionados con los famosos Denisovanos, una población ancestral que vivió en las remotas regiones de Siberia hace unos 40.000 años, que con los Neandertales (debemos tener muy presente no sólo la gran distancia espacial que separa ambos lugares, sino también el marco temporal, ya que estamos hablando de más de 300.000 años de separación entre ambas poblaciones).

Los Denisovanos

Hace tres años se produjo otra revolución en la paleoantropología con el descubrimiento de la que puede ser (aún no se ha verificado) una nueva especie del género Homo en las cuevas de Denísova, en los montes Altái de Siberia. El mismo equipo de científicos del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva que han analizado el ADN del fémur hallado en la Sima de los Huesos secuenció el ADN mitocondrial de dos fósiles: un molar y un fragmento de hueso proveniente del dedo de una niña encontrado en un estrato datado entre hace 50.000 y 30.000 años.

Este análisis indicó que los Denisovanos, una población aislada en Eurasia, poseían un ancestro común junto a Homo sapiens y el hombre de Neandertal que pudo vivir hace aproximadamente un millón de años (se especula que los Denisovanos se separaron de los Neandertales hace unos 700.000 años). El molar presentaba características morfológicas claramente diferentes a las de los Neandertales y los humanos modernos, lo que confirmaría que pertenece a una especie con una historia evolutiva distinta.

Es importante destacar que apenas se tiene información morfológica de estos individuos ―los dos restos fósiles ya han desaparecido en aras a posibilitar los análisis genéticos― por lo que no es posible establecer comparaciones anatómicas con los fósiles de la Sima de los Huesos.

En definitiva, los resultados del análisis del ADN mitocondrial indican que este homínido procede de una migración desde África distinta a la de la entrada de Homo sapiens en Europa, a la de los ancestros de los Neandertales y distinta, asimismo, del éxodo temprano de Homo erectus.

Conclusiones

“Hemos concluido que el pariente más cercano de esta especie de la Sima de los Huesos se encuentra en Siberia, pero eso no implica que se parezcan mucho, de hecho se calcula que llevarían evolucionando por separado 700.000 años. Son muy diferentes pero con un antepasado común que debía de ser una especie que vivió en Europa y en Asia en esa antigüedad de vértigo”, explica Arsuaga en una entrevista a la Agencia SINC.

texto2 Otra revolución más en paleoantropologíaEn la mayor parte de libros de texto la evolución humana se explica mediante un árbol genealógico en el que líneas rectas unen los diferentes fósiles. Las líneas se van separando con el paso del tiempo llevando unas a una especialización y otras a la extinción. Por otro lado, los paleogenetistas han asumido que las líneas que unen la genealogía de ADN mitocondrial deben ser las mismas que las líneas que conectan los fósiles y cuando esto no sucede, los fósiles deben salir del esquema (aunque hay que tener en cuenta que el ADN mitocondrial se transmite por vía exclusivamente materna ―como explicamos aquí― y esto hace que no se recombine, por lo que pueden coexistir varios linajes mitocondriales en la misma población).

Lo que ahora parece evidente es que cada población europea tiene su propia historia y que las diferentes líneas se entrecruzan, a veces se mezclan y otras se separan. Más que un árbol con ramas limpias y ordenadas, nuestro pasado evolutivo se parece cada vez más a un arbusto enmarañado donde es muy difícil determinar dónde nace cada rama y dónde se bifurca o muere.

Datos extendidos Otra revolución más en paleoantropología

Datos extendidos (figura 6) tomada Meyer, M. et al. (2013): modelo de evolución de secuencias utilizando la secuencia de consenso de la Sima de los Huesos generada con filtros inclusivos, así como 54 de seres humanos actuales, 9 de seres humanos antiguos, 7 Neandertales, 2 Denosivanos, 22 bonobos y 24 chimpancés.

Aquí reside el eterno problema de conciliar los datos genéticos y morfológicos. Al igual que ocurre con los enfrentamientos entre la teoría que sostiene que el género Homo nació en África y desde allí se expandió, y la que afirma que surgió de forma independiente en diferentes lugares, la evidencia fósil en Atapuerca no es diferente. Los paleoantropólogos han asumido que los homininos de la Sima de los Huesos eran antepasados ​​de los Neandertales y esa es una línea recta que puede ser errónea.

Lo que parece claro es que los Denisovanos heredaron su ADN mitocondrial de un ancestro europeo muy antiguo, que ese ADN llegó más tarde hasta los humanos que poblaron Europa durante el Pleistoceno Medio (en la Sima de los Huesos), que también llegó a formar parte del genoma de los Neandertales y que finalmente heredaron algunas poblaciones de Homo sapiens, es decir, que los humanos de la Sima están relacionados con la población ancestral a partir de la cual evolucionaron por separado Neandertales y Denisovanos.

La tecnología actual no permite llegar más allá. Se hace tremendamente difícil creer que algún día se pueda secuenciar el ADN de restos más antiguos dado que se hallan fosilizados casi por completo (y han perdido por tanto toda información genética) aunque hay algunos estudios prometedores con fósiles de dinosaurios, por ejemplo, que permiten mantener la esperanza.

El paso siguiente de este equipo de investigadores es secuenciar ADN mitocondrial de otros individuos de la Sima, e incluso intentar recuperar algunas secuencias del ADN nuclear para obtener una imagen más nítida de nuestro pasado.

Referencia:

Matthias Meyer, Qiaomei Fu, Ayinuer Aximu-Petri, Isabelle Glocke, Birgit Nickel, Juan-Luis Arsuaga, Ignacio Martínez, Ana Gracia, José María Bermúdez de Castro, Eudald Carbonell, & Svante Pääbo (2013). A mitochondrial genome sequence of a hominin from Sima de los Huesos Nature DOI: 10.1038/nature12788


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