Lejos de zanjar el problema sobre el cómo y el porqué de la evolución de las especies, Charles Darwin abrió las puertas a la ciencia en un terreno antes abonado al dominio de los dogmas y la religión.

Desde entonces, el camino seguido por las diversas corrientes de investigación no se ha visto iibre de dudas ni oscuridades, ni de apasionados debates o contradicciones.

Al igual que la esfinge, inmutable, planteó a Edipo un enigma cuya solución significaría la salvación de Tebas, la evolución plantea a los científicos no uno, sino múltiples enigmas. No tanto en la teoría general, que después de vencer múltiples resistencias ha sido aceptada por la mayoría de la comunidad científica, como en aspectos concretos de gran relevancia, como la existencia o no de un propósito en la evolución, o si esta se encuentra sometida a la dialéctica del azar y la necesidad. El autor de esta obra, paleontólogo, propone un intenso viaje por la historia de las ideas y reflexiones que, desde Darwin, iluminan la senda sobre cómo se produce el gran enigma de la evolución, conduciendo al lector a través de estas espinosas cuestiones con autoridad y amenidad, como si se tratara de un relato, demostrando que la divulgación no está reñida, ni mucho menos, con el mayor rigor.